Conociendo un poco...





     Cuando nos detenemos a ver las diferentes culturas y creencias, en lo que respecta a las artes ocultas, tanto antiguas como modernas, nos damos cuentas que todas tienen cosas en común.
    Todas trabajan con recursos obtenidos de la naturaleza. Las flores, las ramas, las frutas son constantes en cualquier cultura. En los ritos nunca faltan las velas, los perfumes, las figuras.
    En las artes adivinatorias los vemos utilizando diversos mazos de cartas, con diversos métodos; caracoles, o la taza del café o el té, o un simple vaso de agua mientras van rayando una hoja...la lista aún continúa, sin embargo los que acabo de nombrar son los más conocidos.
    Creo que nuestra actitud ante estas cosas, es importante para la efectividad de las mismas, sin embargo, creo que cada objeto, cada color, cada palabra, cada pensamiento emiten una energía y eso no depende de nosotros.
    He visto rituales de santería donde "ensalman" a la persona con una mezcla de frutas, miel y azúcar. Acompañan el rito con rezos invocando indios importantes para ellos, no faltan los "ramazos" con los que recorren el cuerpo, ni el licor, seguramente ofrecido y tantas veces pedido por los espíritus de estos indios invocados.
    Las personas que leen el aura, con un perfil cultural absolutamente distinto al de los santeros, también mandan a bañarse con agua y azúcar para "endulzar" el carácter de las personas y restaurar partes del aura que se han deteriorado. Sin rezos, sin ramazos, sin alcohol.
    Y así podríamos ver entre lo antiguo y lo modermo, como vamos eliminando los "adornos" en los ritos y vamos quedando con la esencia. Sin embargo a veces son esos "adornos" los que nos llevan a adentrarnos en lo que estamos haciendo.
    Por siglos ha sido tema de discusión, incluso causa de muchas muertes el considerar pecaminoso las prácticas de las artes ocultas. Se excluyeron de la sociedad y hasta muerte en la hoguera dieron a los hechiceros, se tacharon de ignorantes a los chamanes y curanderos. Pero ellos en su momento y en su contexto salvaron vidas o aliviaron enfermos con sus brebajes y rezos.
    Hoy, vemos como cada vez nos inclinamos más a tomar de la naturaleza, evitando los químicos, las sustancias que podamos necesitar. La medicina homeopática se abre camino a pesar de años de avance tecnológico que nos ofrece una variedad ilimitada de químicos milagrosos que sanan el cuerpo.
Los laboratorios han sido los grandes brujos del último siglo.
    Yo, por mi parte, soy ciega creyente de que los males del cuerpo van estrechamente ligados con los males del alma, y en eso, los químicos no pueden hacer milagros.
    Podemos hacer el bien o el mal...pero eso solo depende de nosotros, al igual que con cualquier recurso que la vida nos da.
    Lo que si es indiscutible, es que en la naturaleza encontramos todo lo necesario para curar nuestros males, tanto del alma como del cuerpo.
    En las siguientes páginas encontrarán algunos rituales, nada peligrosos, hasta inocentes en lo que a su función se refiere, solo espero que les sirva de ayuda así sea en las cosas cotidianas, pero por insignificantes que sean, cada rito debe estar rodeado de respeto.

    Todos los rituales deben realizarse en un lugar tranquilo, la persona que los efectuará deberá vestir de color claro y los ritos deberán estar rodeados de respeto y seriedad.
    Es buena la meditación o unos minutos de relajación antes de comenzar. Deberá concentrarse en lo que se desea y visualizar los resultados. El incienzo o los aceites son buenos para purificar el lugar elegido para comenzar el trabajo.
 
 


 
 


 
 

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