Los imanes son residuos de lava volcánica compuestos por minerales ferromagnéticos. Luego de que la erupción del volcán concluye, la roca y la tierra que fueron tocadas por la lava se enfrían y quedan impregnadas de energía magnética, lo que da lugar a los imanes naturales. Sin embargo, en la actualidad, se consiguen también imanes elaborados artificialmente a partir de metales como el cobalto o el níquel, que poseen una mayor potencia de atracción de aquellos cuyo origen es natural.
    Como los imanes tienen la propiedad de atraer hacia sí los cuerpos metálicos, desde tiempos inmemorables los hechiceros de diversas culturas los han empleado para atraer objetos o buena suerte hacia quien los utiliza, ya sea mediante hechizos o confeccionando amuletos.

Amuletos

    Los amuletos consisten en un trozo de imán  -los magos modernos prefieren los cerámicos, es decir los de origen natural-  que suelen llevarse en pequeñas bolsitas de tela gruesa ocultas en la ropa interior. Antes de cerrar la bolsita es preciso poner junto al imán un símbolo de lo que se desea atraer hacia el portador, por ejemplo, un billete doblado si lo que se desea es dinero, o una fotografía de la persona amada si lo que se desea es ser correspondido. No hay que olvidar, no obstante, que para que los amuletos o los encantamientos prolonguen sus efectos a lo largo del tiempo, es necesario "alimentar" regularmente los imanes empleados, con limadura de hierro.
 
 

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